El control de la corrupción, mediante la prevención del fraude, la prevaricación y la mala conducta, es crucial para los gobiernos que necesitan asignar recursos entre prioridades contrapuestas rodeadas de incertidumbre. La prevención de la corrupción puede abordarse mediante la aplicación de una amplia gama de instrumentos, desde la educación y la concienciación pública hasta los programas administrativos nacionales anticorrupción y su posterior evaluación mediante encuestas y la evaluación del riesgo de corrupción.
Aunque la evaluación del riesgo de corrupción se ve cada vez más facilitada por la disponibilidad de datos, la evaluación del riesgo no termina con esto. Un reto importante en la medición de fenómenos complejos y latentes como los riesgos de corrupción consiste en resumir la información disponible a partir de un conjunto de indicadores individuales (es decir, señales de alarma) en una métrica única, como un Indicador Compuesto (IC) de riesgo de corrupción. CO.R.E aborda las fases subsiguientes de evaluación de riesgos centrándose en las numerosas opciones metodológicas -es decir, técnicas de reducción de datos; esquemas de normalización, agregación y ponderación; elección de funciones y algoritmos de extracción de datos, etc.- implicadas en el proceso de construcción de un indicador compuesto de riesgo de corrupción. – implicadas en el proceso de construcción de un indicador sintético/compuesto (IC) del riesgo de corrupción en la contratación pública. El objetivo final es validar un procedimiento estadístico robusto y reproducible para la construcción de un IC dentro de un procedimiento de medición del riesgo de corrupción.